Queso blanco o fresco casero sin cuajo

Queso blanco o fresco casero sin cuajo

Ingredientes:


  • 1 litro de leche fresca entera.
  • 1 limón.
  • 1 cucharadita rasa de sal.
  • Hierbas aromáticas secas (opcional).


Preparación:


Antes de comenzar, me gustaría aclarar que cuando decimos leche fresca nos referimos a la que se encuentra en las neveras en los supermercados, no a los briks que no están en frío, esa no nos sirve para esta receta.

Empezamos extrayendo el zumo de limón y lo reservamos.

Calentamos la leche fresca en una olla y esperamos a que rompa a hervir. La retiramos del fuego y enseguida vertemos el zumo de limón en la olla. Removemos e inmediatamente observaremos que la leche empieza a cortarse. Dejamos reposar unos 10 minutos.

Los grumos que se están formando será nuestro queso fresco y el líquido turbio en donde flotan los grumos es suero de leche, el cual se puede reutilizar para hacer repostería, por ejemplo.

En un colador amplio, colocaremos un paño o gasa abierta justo encima. Volcamos la olla para colar el suero de leche y quedarnos con la parte sólida. Lo dejamos escurrir bien unos 5 minutos, hasta que observemos que la mayoría del liquido se ha ido. Añadimos una cucharadita muy rasa de sal, incluso hierbas aromáticas si queremos, y mezclamos bien.

Agarramos en paño y lo atamos con una goma o cuerda hacia arriba, sin apretar mucho, tratando de dejarle un poco de espacio al queso. Anudamos las puntas del saco a una cuchara de madera para poder dejar suspendido el queso en el interior de un recipiente (cacerola, vaso de batidora, etc). Esto lo hacemos para que se compacte y termine de expulsar el suero.


Refrigeramos el atillo en la nevera durante una hora como mínimo. Si no tenemos prisa podríamos dejarlo unas 6-8 horas para obtener mejores resultados.

Transcurrido este tiempo ya podemos degustarlo, con miel, con mermelada, con finas hierbas, con tomate, con aceite de oliva... es una delicia de cualquier forma.


Notas / Variantes:


Si decidimos agregar hierbas aromáticas, podríamos optar por: albahaca, orégano, eneldo, tomillo, romero, perejil, etc. Y no sólo hierbas, también frutos secos picados, como nueces o almendras, es cuestión de imaginación. Aunque yo personalmente lo prefiero únicamente con sal, para después poder condimentarlo variadamente.

Podemos incorporar un yogur natural o griego al calentar la leche para darle sabor y textura distintos.

Por lo general se usa una gasa que puedes encontrar en cualquier farmacia, aunque también nos sirve cualquier otro paño de hilo fino que deje pasar el líquido.

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